Desde que el crimen organizado irrumpió en México, se creó una especie de relación de complicidad entre delincuentes y autoridades, al grado de que en pleno 2018 los ciudadanos ya no distinguen entre unos y otros.
¿Cómo es posible que en un país que se dice libre y democrático, los funcionarios protejan a los criminales y los ayuden a evadir la ley?
En México todo es posible si hay intereses políticos o económicos en juego.
Fausto Vallejo, ex gobernador de Michoacán, caracterizó su gobierno por el compadrazgo que él mismo tuvo con narcotraficantes de ese estado. Incluso Rodrigo Vallejo, su hijo, fue recluido en un centro penitenciario debido a que le comprobaron nexos con criminales.
El colmo del asunto en Michoacán es que hoy día ambos son candidatos a diferentes puestos para las próximas elecciones. Rodrigo Vallejo es candidato a diputado y el ex gobernador es candidato a la alcaldía de Morelia, puesto que además ya ostentó una vez con pésimos resultados.
Manuel Velasco Coello, gobernador de Chiapas, es conocido por proteger a criminales y usar sus influencias para que éstos operen en total impunidad.
Ahí mismo Enoc Díaz Pérez, conocido delincuente y secuestrador, hoy es candidato a la alcaldía del municipio de Pueblo Nuevo Solistahuacán gracias a que Velasco Coello apoyó su liberación y operó para que pudiera ser postulado, es tanto el descaro que hoy el resto de los candidatos de la “competencia electoral” son todos exempleados de Velasco, seguirán su línea y gobierno. Rutilio Escandon, FerCaca y Aguilar Bodegas todos apalabrados con Velasco para continuar protegiéndose unos a otros.
La impunidad de los criminales empieza en el propio gobierno, en las estructuras torcidas del mismo sistema que no ejerce su fuerza contra quienes quieren formar parte de la función pública, aún cuando tienen antecedentes y ni siquiera simpatizan con el pueblo.
Si los gobernadores colocan a los delincuentes en el poder y luego los delincuentes gobiernan, entonces se visualiza un próximo periodo institucional bastante recargado hacia el lado del crimen organizado.