Tal vez a simple vista todos puedan parecer iguales, pero no lo son. El pimentón artesanal da un sabor especial, un color exquisito y un aroma diferente a cualquier plato. No hay grandes secretos para conseguir que así sea, es tan sencillo como seguir el mismo proceso de elaboración que se seguía siglos atrás, en el que se cuida desde la semilla hasta el envasado.
El resultado es un pimentón como el del sequero, capaz de aromatizar los platos de una manera deliciosa sin necesidad de añadir ni aditivos ni aceites para conseguir que el condimento aporte color y sabor.
Solo los mejores pimentones, como el que se elabora de manera artesanal en Candeleda, pueden ser apreciados de igual forma en crudo que cocinado. En crudo sobre pulpo, patatas cocidas o lacón. En embutidos como el chorizo o el lomo. O en guisos en forma de sofrito teniendo cuidado de que no se queme, porque puede amargar. El pimentón artesanal ofrece lo mejor de cualquiera de las formas.
Pimentón artesanal: una delicatesen
Tal vez a simple vista no resulte sencillo diferenciar un pimentón artesanal de uno que no lo es. Lo más fácil es leer la lista de ingredientes. En el primer caso solo habrá uno: pimiento. Si no es artesanal seguramente lleve aceites que sirven para dar brillo y productos para darle un color más intenso.
Evidentemente, la aportación a los platos en los que se utilizará no puede ser la misma. Un pimentón artesanal añade a aroma, pero también fuerza y distinción a los platos. Algunos que se fabriquen de manera industrial tal vez solo sirvan para aportar color y poco más.
El pimentón artesanal es, por tanto, una joya en la cocina, capaz de convertir el plato más modesto en una auténtica delicia.